Una cosa es estar perdido en el mundo, que lo estamos todos, porque somos algo insignificante en comparación con el Universo. Y otra, muy distinta, totalmente diferente, es estar perdido por amor. ¿Sabes esa sensación de mirar a alguien y saber que es esa persona? No, si no has mirado sus ojos. ¿Conoces eso de que cuando miras sus ojos, el corazón late tan rápido que se te corta la respiración? No, si no has visto sus ojos. Si no has visto sus ojos, amigo inexperto de la vida, no sabes lo que son sentimientos ni emociones. Si no sabes quién es, si no has mirado en el interior de su pupila, aún te queda mucho por vivir y por experimentar. Y es que esa sensación no se puede describir con las ilusas, atormentadas, locas, e inexpertas palabras de un loco que sí que los ha visto. Sí ilusas, porque pierdes cualquier ilusión de vivir si no es junto a esos ojos. Sí, atormentadas, porque ya no puedes estar tranquilo, sino buscando sus pupilas en cada instante. Locas, también, porque no conoces la cordura, ya no puedes pensar, ya no puedes imaginar otra cosa. Y sí, inexpertas, porque cuando las ves sabes que una vida por delante es poco para poder averiguar todo lo que hay dentro de esos ojos. Y ya ves, que son palabras sin sentido, que tú ni nadie, seguramente, entenderéis. Porque sólo los que están perdidos de amor, sólo los que realmente han visto sus ojos saben cuál es esa sensación, sólo los que saben qué se siente, pueden entenderlas. Los demás sois unos necios de la vida, aún más perdidos en el mundo que cualquier otra persona. Porque el amor, mi querido amigo, y no quiero herir tus sentimientos, es el motor del mundo.
No existe en el mundo mejor manera de explicarlo... eres increible nene
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