Esos ojos que he visto pocas veces, pero que cada día que amanece más ansio conocer. Y recorrerlos. Y admirarlos. Y mimarlos. E idolatrarlos. Ansío cada vez más tu pelo, tu olor, tu boca, tu sonrisa, que apenas he visto. Pero son esas cosas que se te quedan grabadas en la retina como imágenes que queman tu corazón cada vez que recuerdan verte aquella vez a la salida. Y sólo quiero eso, que estemos tú y yo. Y se pare el tiempo. Y que nada pueda molestarnos. Y conocernos. Y amarnos. Y recorrernos. Y besarnos. Y acariciarnos. E ir al fin del mundo si hace falta, pero mientras que sea contigo.
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